Cada 28 de diciembre llega uno de los días más divertidos
para todo aquel que disfrute haciendo bromas y siendo víctima de ellas. El día
de «Inocente, inocente» es también una de las festividades más típicas de las
Navidades, pero, ¿cuáles son sus orígenes?
Esta fecha es en realidad la conmemoración de la matanza de
todos los niños menores de dos años nacidos en Belén –Judea-, ordenada por el
rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
Eso sí, lo que hoy en día aún se desconoce es cómo y cuándo
comenzaron estos festejos paganos medievales ni se tiene constancia de cuándo
el principal objetivo de la fiesta mutó en la celebración de bromas de todo
tipo. Sólo se conoce que en España y otros países de América Latina existe
desde hace siglos la costumbre de colgar un monigote de la espalda.
Esta fusión de historia, religión y paganismo ha originado a
su vez toda una serie de celebraciones en diversas partes del mundo en
distintas fechas en las que se incluyen incluso disfraces. Por ejemplo, en el
mundo sajón, esta fiesta se celebra el uno de abril. En México los medios de
comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de modo tal que la
información parezca real.
Pero además, en la actualidad cabe destacar otra cara más de
este día: la más solidaria y comprometida que llega de la mano de la «Fundación
Inocente, Inocente», una fundación privada de carácter asistencial, constituida
el 7 de marzo de 1995, que tiene como objeto preferente el ejercicio de
actividades que redunden en beneficio de la infancia fundamentalmente dentro
del territorio español.
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