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lunes, 30 de enero de 2017

POCO, POQUITO...

Poco, poco he bajado esta semana. Todas las semanas me sorprendo, unas para muy bien y otras para regular, en fin aquí estamos paso a paso.

viernes, 27 de enero de 2017

ISABEL DE BAVIERA


Isabel de Baviera se casó a los catorce años en 1385 con Carlos VI, sus padres la hicieron ir a Amiens con el pretexto de visitar las reliquias de San Juan Bautista que se guardaban en dicha ciudad y para cumplimentar algunos votos realizados, pero verdaderamente la razón fue que visitara a Carlos, y procurar impresionarlo, cosa que sucede, pues habiendo sido vestida a la francesa y aconsejada por la condesa de Hainaut, le resulta tan bella que quería sin más espera, casarse con ella dos días después.
 A Isabel de Baviera le gustaba mucho el lujo. Frantôme en su “Historia de la Reina Margarita”, primera mujer de Enrique IV dice: “Se adjudica a la reina Isabel de Baviera el haber aportado a Francia la pompa y la exquisitez para el bien vestir de las damas”.
Está representada en este grabado con la vestimenta que llevaba el día de su boda.
 

jueves, 26 de enero de 2017

OTRO RECUERDO


Hoy He vuelto a tener un recuerdo de mi infancia.
Una niña de unos diez años va al colegio,  a lo lejos ve a su señorita que va por delante de ella. La niña corre para darle alcance. Llega a su altura pero se queda dos pasos por detrás. La niña es muy tímida y con la pequeña carrera y su timidez, su menudo corazón late de tal manera que parece se le vaya a salir del pecho. Continuó por detrás de su señorita, sin atreverse a hablarle, esperando que la señorita se diese cuenta que estaba allí y fuese ella quien hablase. No fue así, llegaron al colegio andando una en pos de la otra.

La niña  al llegar al colegio lo primero que hace es entregar los deberes, si no lo hace así, cuando venga su compañera de pupitre y las dos chicas del pupitre de delante, la obligan a que les deje el cuaderno para copiar los ejercicios y la niña no quiere que eso ocurra  porque la señorita empezaba apremiarla para que entregara el cuaderno, y la niña lo pasa muy mal.
Por la tarde la niña,  sale del colegio a las cinco y se va directamente a casa. A casa de sus padres pero que en esos días no están. Su padre trabaja en el campo y su madre se ha tenido que ir con él ayudarle.  La niña duerme y come en casa de su tía. Se va a su casa a hacer los deberes porque encasa de su tía no hay un sitio donde hacerlos y además sus primas que son adolescentes le gastan bromas y no le dejan concentrarse. Por todo ello se va a su casa, donde al no estar sus padres tampoco hay estufa ni ningún punto de calor, la niña hace los deberes en el tablero de una máquina de coser que está delante de la ventana, cuando termina de hacerlos apenas entra luz por la ventana.  Los pies no los puede mover, entumecidos por el frio, corre el mes de diciembre del mil novecientos sesenta y cuatro.

miércoles, 25 de enero de 2017

lunes, 23 de enero de 2017

¡TODA CONTENTA!


Toda contenta estoy con este descenso en gramos. No sé si fiarme de la báscula, porque me parecen muchos gramos, y es que el otro día a mediados de semana, me decía que había cogido medio kilo y hoy me dice que he perdido cuatrocientos gramos, con referencia a la otra semana. Quizás fue por pesarme entre semana que nunca lo hago, diría la báscula -veras que susto le doy a esta- y vaya que me lo dio, pero hoy me ha recompensado. 

viernes, 20 de enero de 2017

CONSEJOS




 Maestro, ¿hasta qué punto debo tomar en cuenta los consejos y la opinión de los demás?    Hijo, los consejos siempre debes considerarlos, aunque sea para desecharlos, porque son la expresión de la experiencia ajena. En cuanto a las opiniones, nunca las consideres porque sólo expresan los intereses del que los da. A todo lo que venga de otro, declaraciones, opiniones, consejos, primero pásalos por el filtro de la razón y luego lo meditas y en seguida, puedes usarlos o no.

jueves, 19 de enero de 2017

Edith Piaf - Non, Je ne regrette rien




Edith Piaf

(Edith Giovanna Gassion; París, 1915 - Provenza, 1963) Cantante y letrista francesa. Su vida estuvo marcada por la desdicha desde su más tierna infancia, lo que ejerció una influencia decisiva sobre su estilo interpretativo, lírico y desgarrado al mismo tiempo. Su aspecto desvalido le valió el nombre por el que es universalmente conocida: Piaf («gorrión»).
Hija de un contorsionista acróbata y de una cantante de cabaret, su infancia fue triste. Sus padres se separaron muy pronto; la madre, alcoholizada y enferma, dejó la custodia de Edith a su marido (también alcohólico) y a una abuela paterna. Dada la precaria situación económica de la familia, Edith tenía que ganarse unas monedas cantando en calles y cafés de París.
La situación empeoró cuando Edith, con 16 años, se quedó embarazada. En 1932 tuvo una hija a la que llamó Marcelle, pero murió a los dos años. La vida de la cantante quedó marcada por esta tragedia. Siguió cantando en cafés y clubes de la calle Pigalle, en el mundo que rodeaba a los barrios menos recomendables del París de la época.
Su vida cambió cuando, cantando en la calle, un transeúnte muy elegante se paró a escucharla. Ese hombre resultó ser Louis Leplée, propietario del cabaret Gerny's, uno de los más conocidos de París. Tras una pequeña prueba, Edith fue contratada de inmediato. Su éxito no tardó en llegar y fue conocida como "Môme Piaf" ("pequeño gorrión"). El propio Leplée instruyó a Edith para convertirla en una gran figura del cabaret. Era 1937, y había nacido una nueva estrella: Edith Piaf.
Sin embargo, la vida volvió a castigar a la joven Piaf, ya que Leplée fue encontrado muerto de un disparo en el club que regentaba; la cantante fue sospechosa del asesinato. La prensa la acusó y la sociedad elitista parisina le volvió la espalda. Volvió a mezclarse con lo peor de los barrios bajos de París, cantando en tugurios y llevando una vida desordenada.
Su consagración llegó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en la musa de poetas e intelectuales del París existencialista y se ganó la admiración incondicional del público. Un letrista conocido como Raymond Asso, que era su amante, la ayudó a sobreponerse. Edith Piaf remontó el vuelo y volvió a los grandes escenarios de Francia, de Europa y de América. Se hizo amiga de la actriz Marlene Dietrich y se convirtió en la gran dama de la canción francesa, ayudando a talentos emergentes como Charles Aznavour, Georges Moustaki, Yves Montand o Gilbert Bécaud, y relacionándose con intelectuales como Jean Cocteau.
En 1946 viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, quien murió en 1949 al estrellarse el avión en que viajaba. Esto hundió nuevamente a Edith en una profunda depresión, que superó a base de alcohol y tranquilizantes. Fue a la vez la época de sus grandes éxitos: La vie en rose o Les trois cloches.
En 1950 colaboró con Charles Aznavour en canciones como Jezébel; fue el año además en que triunfó en el Olympia, mientras que en 1956 lo haría en el Carnegie Hall de Nueva York. Tras un accidente, Edith quedó maltrecha y se hizo adicta a la morfina. Una larga lista de enfermedades le fue diagnosticada, y en 1959 se le descubrió un cáncer.
Sus últimos años vivió alejada de los escenarios junto a su nuevo marido, el griego Theo Lambukas. En junio de 1961 fue premiada por la Academia Charles Cros por toda su carrera artística. Murió en Provenza el 11 de octubre de 1963. En su entierro, el cortejo fúnebre fue seguido por una multitud de 40.000 personas.
Entre las muchas canciones que popularizó cabe destacar Mon légionnaire, Je ne regrette rien, La vie en rose, Les amants de Paris, Hymne a l’amour, Mon dieu y Milord. También actuó en películas (French-can can, Étoile sans lumière, Paris, chante toujours) y tuvo otros romances con cantantes del relieve de Charles Aznavour, Georges Moustaki o Yves Montand. En los últimos años de su vida escribió una autobiografía con el título de Au bal du chance.

martes, 17 de enero de 2017

UN RECUERDO



Hace unos días publico Ana de http://universodecometas.blogspot.com.es/, una frase donde decía que nos debe dar igual el color y raza de las personas y si es homosexual o gordo o flaco, en fin algo así. Al leerlo me vino a la mente un recuerdo de mi infancia.
“Un grupo de niñas puestas en círculo alrededor de la maestra de religión, están dando las lecciones para tomar la primera comunión. Son unas siete, la maestra les explica esto o aquello y de pronto la maestra dice: -porque Dios,  Jesús quiere mucho a las niñas de piel blanca, es que las niñas de piel oscura no son buenas y por eso Jesús las aparta- La niña, la única niña del grupo de piel oscura, bien supo al instante que la maestra se refería a ella”
Como creéis que se sintió esa niña? Por suerte los profesores sí que han evolucionado en ese sentido de la integración. Pero a las personas nos cuesta cambiar los patrones, si hace cincuenta años estaba perseguido ser gay, ¿por qué ahora está bien visto? Siguen con el mismo chip. Y así en todo, nos cuesta aceptar patrones nuevos. 


lunes, 16 de enero de 2017

¡ESTO MEJORA!



Esto ya es otra cosa, pero la verdad es que la semana pasada me sorprendí al ver el aumento y ésta me he sorprendido al haber bajado quinientos gramos. Ni comí de más esa semana ni ahora he comido de menos, estoy en la misma línea de alimentación. Pienso que quizás esa semana es que retuve líquido. Lo importante es seguir en descenso de gramos, que hagan kilos.


viernes, 13 de enero de 2017

INÈS DE LA FRESSANGE




Inès de la Fressange. Si una mujer encarna el arquetipo de la parisina ‘chic’, no cabe duda que es ella.  Inès Marie Laetitia Églantine Isabelle de Seignard de la Fressange nació en Saint-Tropez; es hija de madre argentina (la modelo Cecilia ‘Lita’ Sánchez Cirez), nieta de la colombiana Cecilia Dávila Ordóñez, y por sus venas corre también sangre checoslovaca y polaca. Sin embargo, cuando en 2009 el diario francés Le Figaro llevó a cabo un sondeo de opinión para determinar quién representaba a la parisina por excelencia, fue ella la que obtuvo la gran mayoría de los votos, superando a celebridades como Chiara Mastroianni (hija de la parisinísima Catherine Deneuve), Charlotte Gainsbourg o la primera dama Carla Bruni-Sarkozy.
Fue quizás el obtener éste que ella considera un honor (“¡Eran todas más jóvenes que yo!”) lo que la motivó a poner sus secretos por escrito, y también una manera de responder de una vez por todas a la eterna pregunta sobre en qué consiste el estilo de la parisina y cómo lograr el look Inès de la Fressange, dónde vestirse o qué crema de noche usar. Resultado: una guía parecida a un álbum de recortes, que Inès elaboró con la ayuda de la periodista Sophie Gachet y en la que cuenta a las lectoras sus astucias sobre moda, decoración y ‘way of life’, con todos sus lugares favoritos y sus consejos, administrados con el humor que le es tan característico.
A quienes señalan la evidente frivolidad de su opus, Inès responde: “Por supuesto que no es un gran ensayo de filosofía sobre el feminismo (…) es un poquito frívolo, todos necesitamos un poco de ligereza”.  Pero, al mismo tiempo, explica que “la apariencia concierne a todo el mundo. La moda no es algo necesariamente superficial. Finalmente ¿cuál es la empresa francesa que exporta más en Asia? No es el TGV, no es Airbus. Es LVMH, que como bien se sabe  vende principalmente moda. No hay que sentir desdén por la apariencia. En una entrevista para un empleo, lo primero que ve el potencial empleador es su aspecto exterior. Es hipócrita decir que no tiene importancia, cuando hay muchos códigos -como los zapatos, el peinado o el reloj-  por los que juzgamos a la gente. Todos esos detalles son muy reveladores”.
Dicho esto, nos podemos lanzar sin complejos a las páginas de La Parisienne para saber cuáles son los 10 mandamientos para tener un look desparejado (no hay nada peor que conjuntarse de pies a cabeza), cómo hacerse de un estilo, los básicos infaltables, cómo elegir zapatos o bolsos, cómo usar joyas y bisutería (mezclar auténtico con falso, viejo con nuevo), cómo mejorar su aspecto en ‘5 minutos crono’ y el código vestimentario para cada ocasión (Inès, gran viajera, propone la lista de lo que no hay que olvidar para un vuelo transatlántico) al tiempo que advierte de los peligros de seguir las tendencias ‘con los ojos cerrados’.
Según Inès, las italianas siguen mucho la moda, las americanas cuidan especialmente su pelo y compran mucho y las sudamericanas son muy elegantes. En cuanto a las parisinas dice:”
Durante mucho tiempo pensé que eran como todas las mujeres del mundo, y en realidad no: creo que somos muy particulares. Guardamos la ropa de una estación a otra, mezclando una prenda comprada en supermercado con alguna de una gran marca. No intentamos seguir la tendencia a cualquier precio. Estamos al corriente de lo que se usa, pero no somos fashion victims. Puede llevar zapatos de este año, pantalones del año pasado, un top que seguirá usando el año que viene, una joya vieja con look moderno. Todo esto nos parece completamente obvio”. Es esta mezcla sutil, tanto en la forma de vestir como de vivir en general, la que Inès intenta explicar en La Parisienne, descifrando los códigos que hacen de la parisina… una parisina.